
¿A qué sabe tu cuerpo? Si, a tí mismo te lo pregunto
¿Quizás salado? Como el inmenso mar que tanto te gusta.
¿A lo mejor dulce? Miel, cremosa y oscura, sensual y oportuna...
¿Puede que amargo? Café mañanero, que atrapa y despierta.
¿O tal vez ácido? Limón que atrae y repele a la vez.
Y ahora yo te pregunto, ¿me vas a dejar comprobarlo?