lunes, 21 de mayo de 2012

Vuestro apoyo...

Llego sin ganas de nada, entro por el pasillo, Pedrito, estás ahí sentado, sólo con verme sabes como he empezado el día. Me siento en mi mesa, enciendo el PC, enseguida me abres el conmunicator: ¿qué? ¿cómo estás hoy? ¿vamos a por el cafelito? Hoy invito yo.

Vamos a la máquina, nos tomamos un cafelito espumoso, caliente a más no poder, y para variar se derrama. Nos sentamos un ratito, me preguntas como estoy, está claro que no tengo buena cara. Me dices tranquilo, todo se va a resolver, ya me dirás...

Al rato me voy al escaner, se me caen los ojos de dolor, y tú pasas por ahí al lado, te paras, te sientas, heyyy, que todo se va a resolver, tranquila... Te miro, y tienes una gran sonrisa de oreja a oreja. Pareces tan convecido...

Suena de repente el movil, es Enrique que me envía un whatsapp, preguntándome cómo llevo el día. Te respondo de forma corta, te mosqueas... ¡¡No puede ser que hoy vuelvas a estar triste!! Me mandas una tontería y consigues al menos sacarme unas risas. Desde luego que bien se te da eso.

Salud me manda otro mensajito pasado un rato: Oye, ¿cómo es que no vas a la cena del master? Ni hablar, tienes que venir, no puedes faltar, como se entere Ali después de haberla convencido para que fuera ella. Mira que eres tonta, todos son unos mamarrachossssssss, me dice mientras consigue que me ría, porque me la imagino dándole esa entonación tan curiosa que ella es capaz de darle a esa palabra.

Antes de que me recupere de esas risas, Ali me manda 4 whatsapp seguidos: ¿cómo es que no quieres venir a la cena? Después de que me convencieras, manda narices. Ufff, ya me está leyendo la cartilla, pero luego al rato me dice, yo sé que vas a ir, así que no tengo por qué preocuparme, y quedamos para mañana en clase.

Carlitos me saluda antes de la comida, heyy, ¿has salido de trabajar ya? Si, voy camino de casa en el bus. Me preguntas qué tal el fin de semana, si he hecho algo en particular, y recordamos la conversación del viernes mientras yo me reía del mamarracho (ya me salió de nuevo la palabreja) del policía y sus pajas mentales con su edad. Me dices que te encanta verme reír, y que ojalá no tuvieras que sentir que estoy mal, y me lo dices con lo mal que lo has pasado últimamente...

Después de mi mini comida, me encuentro con Israel por el msn, me pregunta por mi día, me nota tristona, y me recuerda: ¡¡me debes un café!! Si, con leche fría y dos azucarillos, pienso para mi misma. No te puedes hacer una idea, pero tú me has dicho cosas que nunca antes me había dicho nadie, menuda labia tienes chiquillo.

El caso es que no puedo evitar sentirme arropada por gente tan diferente, algunos de años, otros de meses, otros de días, pero estais ahí, acompañándome en estos momentos de incertidumbre, que no sé si vengo o si voy. No estais todos, pero espero que a todos los que habeis estado ahí, os sintais reflejados en mis humildes palabras.

Muchas gracias por estar ahí, os quiero muchísimo.

María José.


viernes, 11 de mayo de 2012

CARACOLAS NEGRAS

Ay caracolas negras, que se las lleva el mar.
Quiero cogerlas en mis manos, y el mar se las ha de llevar.

Cuando parece que las alcanzo,
las olas dentro las van a arrastrar,
para que no pueda cogerlas,
para no poderlas tocar.

Ay caracolas negras, que se las lleva el mar.