domingo, 18 de abril de 2010

Terciopelo


Terciopelo

Terciopelo, suave y dulce terciopelo,
Que es lo que tiene tu tacto,
Porque sólo al tocarte,
me llevas al séptimo cielo.

Terciopelo, sútil y caliente terciopelo,
Pequeñas y suaves caricias,
Temblores y escalofríos,
Que recorren mi cuerpo entero.

Oh terciopelo, mi delicado terciopelo.
Que parece que te alejo,
Pero estás aquí esperando
A que te diga que te quiero.

Ay terciopelo, sedoso terciopelo,
Que me acaricias despacio,
Para después dejarme,
El ánimo por el suelo.

Cómo eres terciopelo, a veces, tan frío
Primero me acaloras,
Para luego destaparme
y dejarme sin aliento ni sentido.

Terciopelo, dulce y querido.


martes, 13 de abril de 2010

El origen de las perlas (Antarita's version)


Hay tantas y tantas historias y leyendas sobre las cosas más bonitas del mundo que no he podido evitar, crear la mía propia sobre el origen de esas piedras tan bonitas y con un origen tan peculiar. Espero que os guste.

"Había una vez una sirenita, vivía feliz en el mar, rodeada de peces, corales y demás seres vivientes del océano. No se planteaba nada, sólo ser feliz rodeada de su mundo, en el que se movía sin ningún tipo de problema.

Pero ya sabemos que la curiosidad mató al gato, y ella un día no pudo evitar acercarse a la orilla, y salir al exterior. Dejar el agua unos instantes era una tentación que no podía dejar de probar.

Al salir a la superficie, se encontró con un ángel, que de rodillas no dejaba de llorar y lamentarse de lo mal que estaba. Aquellos lamentos, tocaron el corazón de la joven sirena, y apiadándose de él, comenzó a consolarlo. Tan agusto se sintieron el uno con el otro, que prometieron verse todos los días a la misma hora y en el mismo lugar.

Aquella amistad poco a poco fue sembrando la semilla de algo más fuerte, pero no hacía falta decir nada, todo iba bien, y era lo único que importaba en esos momentos.

Pero un buen día, la sirena como todos los días fue al encuentro de su adorado angelito, pero no apareció. Al principio no le importó demasiado, pero con el paso de las horas, fue poco a poco entristeciendose, hasta que pasaron tantas horas que se quedó dormida en la orilla, aquella orilla en la que tantas y tantas conversaciones compartió con su angelito.

Nunca más volvió aquel ser celestial a aparecer por aquella orilla, aunque la sirena no dejó de ir ni un sólo día a su encuentro sin volver a verlo más. A su vuelta al mar, va derramando miles de lágrimas que las ostras, viendo la belleza de sus sentimientos y para no desaprovecharlas, las cogen y las transforman en bellas perlas, o lágrimas del mar por aquel ángel que un día llegó a la vida de la sirena y que se fue sin dejar rastro."

jueves, 1 de abril de 2010

Por la puerta de atrás

Ahora en estas fechas, todos mis compis de promoción de funcionarios de 2008 hacemos un año incorporados en la Administración. En el foro han escrito sus experiencias, todos muy contentos, pero... ¿todos estamos así?

Yo me alegro por todos ellos, pero está claro que no todos estamos así, ni mucho menos, por desgracia. He pensado muchas veces contar mi experiencia, pero no encuentro las palabras para explicar todo lo que se me pasa por la cabeza.

Hace un año me despedía de mi casa, con una mezcla de alegría y nervios, por la nueva vida que se me abría por delante. Pero todo fue muy diferente a como yo lo había imaginado. Me encontré una situación límite, gente desconfiando entre si, sembrando dudas y encizañando todo lo inimaginable y más.

A la vez, mi vida personal se iba diluyendo como las acuarelas en el agua, una desilusión tras otra, que junto con el trabajo, me hicieron entristecerme, ponerme nerviosa, luego llegaron las largas noches de insomnio... Era un quiero y no puedo.

Para colmo, la gente no paraba de hacer conjeturas sobre mi vida, y desde entonces no han parado de hacerlas, haciendo daño, sólo por el mero pasatiempo de hacerlo. Mientras yo, pasaba mi particular travesía del desierto, deseando que el tiempo corriera lo más rápido posible.

Ahora por fin, parece que tengo mi oportunidad de salir de ahí, de volver a mis orígenes, pero he cambiado tanto en este año, que no sé si podré volver a vivir como antes, ignorando todo lo que me ha pasado, dejando determinadas situaciones sin resolver, en stand by, teniendo el corazón roto por diez mil sitios...

Tampoco quiero nada por parte de mis actuales compañeros, no quiero nada de ellos. Sólo quería que me hubiesen acogido mejor, y no machacado como se han dedicado a hacer muchos de ellos. Así que la idea es irse en silencio, como llegué, espero que me digan un día, ya te puedes ir, y al día siguiente ya no ir, y que la vida siga su curso sin más, no creo que nadie allí me eche en falta.

Ojalá así sea...