Vuelos oníricos

Una noche, mientras la ciudad duerma iré a buscarte. Dejaré mi habitación, saldré por la ventana, para volar y encontrarte.

Iré por los tejados de la ciudad, de salto en salto y de vuelo en vuelo, sintiéndome libre como los pájaros entre las nubes, como los niños en el parque, como el sol en el cielo.

Cuando por fin te encuentre, estarás esperando en la ventana, el único junto a mí que no duerme, no te sorprenderás al verme, es más, sé que me esperabas.

Me volverás a tocar con tus manos calientes, me devolverás el calor después de mi largo vuelo, y será todo perfecto.

Y dará igual lo que pase después, porque lo mejor, ya ha pasado.

... Y la magia existe

Si, la magia existe, donde menos lo esperas, cuando menos lo esperas, en lo que menos esperas.

Es así, sorprendente, única, que te hace dudar de si duermes o estás despierta.

La magia siempre será, de aquellos que no cesan de buscarla, que la esperan, que la sueñan...

No hay que buscarla en grandes cosas, porque en realidad está en las cosas más pequeñas.

Y si por casualidad, no la encuentras, siempre se puede inventar, pero nunca hay que renunciar a ella.