miércoles, 21 de noviembre de 2012

Quererte...

Ya lo hice una vez, por un medio más público, pero hoy quiero hacerlo desde mi espacio personal, desde ese huequito donde puedo ser yo misma. No sé cuanta gente lo leerá, pero al menos yo me vuelvo a quedar más tranquila.

Hoy te quiero, te vuelvo a querer como si fuera ayer, como si el tiempo no hubiese pasado, como si nada hubiese ocurrido. Y lo mejor, o lo peor, es que no siento que hayan cambiado las cosas.

Me dueles tanto, que ya no me quedan lágrimas, y el dolor por no poder derramarlas, me está costando tanto que ni me lo creo.

Te llevo en mis venas, en mi sangre, te siento tanto que ni creo que esto pueda ser real, algo tan intenso, tan pasional, tan sobrenatural.

Me quema tu ausencia, me desespera saber que puede que no vuelva a verte jamás, tanto que me vengo una y mil veces abajo.

A veces quisiera irme a la luna, para poder verte todos los días, para al menos no tener esa angustia que me está quitando poco a poco la vida.

No sé que puedo decirte desde aquí, me siento tan pequeña sin tí, daría 5 minutos de mi vida por verte, luego ya me podría ir tranquila, porque podría irme feliz al fin.

Te amo con mi alma, y no con mi corazón, porque mi alma es inmortal y mi corazón no.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

HOY, POR SI MAÑANA NO ESTOY


Hoy, para entender lo que pasa a mi alrededor, por si no digo las cosas que quise decir y no dije, como si no existiese el mañana.

Hoy, porque volvi a recordar tu mirada, ese resplandor que cegaba, sin querer escuchar ninguna palabra.

Hoy, por esa traición que tanto dolía, ese mensaje a contrapie sin sentido, porque razón no tenía.

Hoy, porque no quiero mirar atrás para no perdonar, para buscar ese sueño atrasado, que aun está por venir.

Hoy, para superar el dolor que acecha, evitarlo, rodearlo, que no me alcance, que recale en quien lo causó sin importarle.

Hoy, por si mañana es muy tarde, por si de repente dejo de sentirlo, por si sin pensarlo lo olvido, por si mañana ya no existo.

domingo, 21 de octubre de 2012

CUANDO NO SE ESPERA NADA DE NADIE

Llega un día, en el que te das cuenta de que por mucho que intentes ir por tu camino, por mucho que no vayas dañando a nadie, por más puras que puedan ser tus intenciones, habrá alguien que vaya a por ti, a reírse, a pisarte, y aprovecharse de tu supuesta ignorancia. Pero como pasa en estos casos, cuando las cosas no se hacen bien, se miente, y se engaña, la verdad termina por saberse, por salir a la luz.

A este paso me pregunto de qué tipo de personas vivo rodeada, personas sin escrúpulos que deben de pensar que soy tonta o me caí de un guindo hace poco. Lo que no saben, que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y que por mucho que me intenten mentir o engañar, yo tengo todo un doctorado en esta materia, y más que nunca, se pilla antes a un mentiroso antes que a un cojo.

Os dedico una canción preciosa, con mensaje, para que sepais que todo lo que se hace mal, el karma os lo devolverá. Así que nada, aquellos que hoy la conciencia no les debe dejar demasiado tranquilos, que sepan que yo les perdono, no siento rencor, pero que me sentaré a verlas venir... Y os aseguro, que vendrán, todo cae por su peso. ¡¡Salud!!



lunes, 25 de junio de 2012

Te equivocas

Te equivocas cuando te dejas llevar por un arrebato,
y al rato, te sientes mal.

Te equivocas al no querer hablar, ni siquiera disculparte,
ni siquiera una señal.

Te equivocas al inventar historias, para aparentar,
cosas que no son, tú sabrás al final.

Te equivocas al no responder a un mensaje sin maldad,
que menos de agradecer, que es lo natural.

Te equivocas, te equivocas y te vuelves a equivocar.
Y lo peor de todo, es que cuando te estrelles tú solo,
a mi volverás, pero...

¿será tarde ya?

Aquí estaré para verlo, sentaita como siempre,
como siempre, a verlas llegar.



lunes, 21 de mayo de 2012

Vuestro apoyo...

Llego sin ganas de nada, entro por el pasillo, Pedrito, estás ahí sentado, sólo con verme sabes como he empezado el día. Me siento en mi mesa, enciendo el PC, enseguida me abres el conmunicator: ¿qué? ¿cómo estás hoy? ¿vamos a por el cafelito? Hoy invito yo.

Vamos a la máquina, nos tomamos un cafelito espumoso, caliente a más no poder, y para variar se derrama. Nos sentamos un ratito, me preguntas como estoy, está claro que no tengo buena cara. Me dices tranquilo, todo se va a resolver, ya me dirás...

Al rato me voy al escaner, se me caen los ojos de dolor, y tú pasas por ahí al lado, te paras, te sientas, heyyy, que todo se va a resolver, tranquila... Te miro, y tienes una gran sonrisa de oreja a oreja. Pareces tan convecido...

Suena de repente el movil, es Enrique que me envía un whatsapp, preguntándome cómo llevo el día. Te respondo de forma corta, te mosqueas... ¡¡No puede ser que hoy vuelvas a estar triste!! Me mandas una tontería y consigues al menos sacarme unas risas. Desde luego que bien se te da eso.

Salud me manda otro mensajito pasado un rato: Oye, ¿cómo es que no vas a la cena del master? Ni hablar, tienes que venir, no puedes faltar, como se entere Ali después de haberla convencido para que fuera ella. Mira que eres tonta, todos son unos mamarrachossssssss, me dice mientras consigue que me ría, porque me la imagino dándole esa entonación tan curiosa que ella es capaz de darle a esa palabra.

Antes de que me recupere de esas risas, Ali me manda 4 whatsapp seguidos: ¿cómo es que no quieres venir a la cena? Después de que me convencieras, manda narices. Ufff, ya me está leyendo la cartilla, pero luego al rato me dice, yo sé que vas a ir, así que no tengo por qué preocuparme, y quedamos para mañana en clase.

Carlitos me saluda antes de la comida, heyy, ¿has salido de trabajar ya? Si, voy camino de casa en el bus. Me preguntas qué tal el fin de semana, si he hecho algo en particular, y recordamos la conversación del viernes mientras yo me reía del mamarracho (ya me salió de nuevo la palabreja) del policía y sus pajas mentales con su edad. Me dices que te encanta verme reír, y que ojalá no tuvieras que sentir que estoy mal, y me lo dices con lo mal que lo has pasado últimamente...

Después de mi mini comida, me encuentro con Israel por el msn, me pregunta por mi día, me nota tristona, y me recuerda: ¡¡me debes un café!! Si, con leche fría y dos azucarillos, pienso para mi misma. No te puedes hacer una idea, pero tú me has dicho cosas que nunca antes me había dicho nadie, menuda labia tienes chiquillo.

El caso es que no puedo evitar sentirme arropada por gente tan diferente, algunos de años, otros de meses, otros de días, pero estais ahí, acompañándome en estos momentos de incertidumbre, que no sé si vengo o si voy. No estais todos, pero espero que a todos los que habeis estado ahí, os sintais reflejados en mis humildes palabras.

Muchas gracias por estar ahí, os quiero muchísimo.

María José.


viernes, 11 de mayo de 2012

CARACOLAS NEGRAS

Ay caracolas negras, que se las lleva el mar.
Quiero cogerlas en mis manos, y el mar se las ha de llevar.

Cuando parece que las alcanzo,
las olas dentro las van a arrastrar,
para que no pueda cogerlas,
para no poderlas tocar.

Ay caracolas negras, que se las lleva el mar.

domingo, 22 de abril de 2012

UN RAMO DE ROSAS

PARA TU VENTANA


Para tu ventana un ramo de rosas
me dio la mañana.

Por un laberinto de calle en calleja,
buscando, he corrido, tu casa y tu reja.
Y en un laberinto me encuentro
perdido
en esta mañana de mayo florido.

Dime dónde estás.
Vuelta y revueltas. Ya no puedo más


Antonio Machado





jueves, 2 de febrero de 2012

INVISIBLE



Invisible, algo que está ahí, pero que no puedes ver, eso.
Como el aire, que ves que agita las copas de los árboles, pero que no ves como lo hace, pues igual, invisible.
Como un huido que quiere perderse por cualquier sitio, que no le reconozcan, huyendo, sin destino, así, invisible.
Como los rayos del sol que calientan durante el invierno, nos los ves, apenas se pueden intuir, pero también algo invisible.
Como el miedo cuando sientes que algo malo va a pasar, con cuidado, con sigilo, lo sientes, pero no lo ves, invisible.
Como el ruido que a veces se oye, miras para todos los lados, no se ve nada, pero lo has oído, un ruido invisible.
Mientras pasa la vida, todo se vuelve invisible, todos pueden ver a través de todo, porque todo es invisible.
Quizás un día me mires, y no me veas, es porque siempre me has hecho sentir invisible.